lunes, 29 de abril de 2013

De cumpleaños va la cosa

Quien nos iba a decir que un "te pasamos a buscar por la noche y mañana vamos juntas al partido" iba a terminar en una aventura así...

Todo empezó cuando el viernes, dejando para otro día el entrenamiento de la tarde de fútbol, me fui con mi familia a Navaluenga, un pueblecito que basa su economía en las casas rurales, cerca de Ávila. Celebrábamos el 83 cumpleaños de mi abuela Machi (30 de Abril), el 61 cumpleaños de mi tío Kike (11 de Abril), el 56 cumpleaños de mi tía Elena (27 de Abril), y el 44 cumpleaños de mi tío Pablo (28 de Abril).
El sábado a la hora de comer (cochinillo, cabrito, o pollo asado, según hubieses elegido meses atrás), sacamos la tarta, una tarta de fondant de un campo de golf con su bolsa de palos, sus palos, su visera, sus hoyos, sus banderines y, efectivamente, su pelotita de golf.



Por la noche, salieron a eso de las 20:40 de Moral Ana, Angy, y Jose con destino Navaluenga, con tan mala suerte que siguiendo las indicaciones de Google Maps, al llegar casi casi a Venero claro (nuestra casa rural), se perdieron, y tuvimos que ir Marta y yo a Navaluenga pueblo a recogerles.
Volvimos a casa y estaban todos cenando, así que nos unimos a la cena. Al terminar, Angy me contó que su super BMW X3 había llegado en reserva, con 60km por hacer, ninguna gasolinera en un radio de 10km, y aun así sin saber si estaría o no abierta. Fuimos a comprobarlo y, efectivamente, estaba cerrada, abría de 8am a 10pm y eran las 23.45. Teníamos dos soluciones, o dejar el coche y coger el de mis padres, o salir mañana temprano y llegar justas al partido.
Decidimos que, en vez de conducir con esas super curvas arriesgándonos a quedarnos tiradas en medio de la nada, de noche, previo multón, y con un diesel que si se queda sin gasoil hay que vaciar el aire y noséquémás, nos quedaríamos a dormir donde pudiésemos y al día siguiente ya veríamos cómo llegar.
Eso hicimos: Jose durmió en un sofá del salón, Ana en un sofá cama que estaba candado, así que como si fuese sofá a secas, yo en otro sofá en el piso de abajo, y Angy en mi cama porque le dolía la espalda.
Por la noche se cayeron las muletas de Gus por las escaleras, y me dieron un susto de muerte. A partir de entonces (5am) no conseguí dormir más que a cachitos, aunque eso no evitó que a las 7am, hora en que puse la alarma, casi se me saliese el corazón buscando el móvil.
Recogí el friega, lo que esperaba a ser fregado en la pila lo metí en el friega, preparé los tres desayunos, corté pan, lo dejé en el tostador, desperté a Angy, ésta a Ana, desayunamos, me cambié, y pusimos rumbo a la gasolinera, que estaba en dirección contraria a donde íbamos nosotras. Echamos 50€ de gasolina y pusimos rumbo a Las Matas. Se nos pusieron en medio un par de pesados, un coche de la funeraria con mucha prisa, un abuelete que aceleraba en las cuestas y frenaba en las rectas, y por fin llegamos. Angy cogió su ropa de fútbol, Ana sus pastillas, rumbo a Villalba, y ¡llegamos! ¡Y además pronto!
Resultado del partido CUC Villalba Vs. Juventud Sanse: 0-0, con un puntito que ya veremos si nos sube o no de posición.

No sabría decir si la aventura ha merecido o no la pena, ya que yo he jugado 10 minutos y Angy solo ha calentado, sin pisar el terreno de juego, pero lo creáis o no, gracioso, desesperante, y digno de contar y rememorar, ha sido.