Gracias por esos abrazos que nunca sentiste, y besos que no me diste,
esas caricias que aun no existen y espero, pero no aparecen.
Por todo, gracias. Gracias a ti soy como soy, gracias.
Debo agradecerte cada caída y piedra ya superada,
cada vez que caí desplomada, gracias por todo. Gracias
por cada paso hacia atrás y cada amiga perdida,
por cada paso denegado o historia inacabada,
por cada espera alargada, por todo, gracias.
Gracias a ti conseguí saltar muchas más vallas,
cada vez más rápido, superar obstáculos y levantarme sin más.
Cada paso es más duro, pero al menos yo sé que puedo,
y el que diga lo contrario, ni me conoce a mí ni a mi pasado.
Nadie, y repito, nadie hay en este mundo como yo.
Nadie sabe qué deseo, oculto, pienso o quiero.
Nadie, y lo repito, nadie puede decirme qué hago,
y si alguien lo intenta: silencio por respuesta.
Silencio y una dosis de irreversible muestra
de ese dolor sincero que rompe cada puerta.
Cuando una puerta se cierra, dicen, se abre una ventana.
Cuando saltas la ventana, sientes, apareces en la cama.
Eso sólo significa que aprovechaste la oportunidad,
la cogiste por los cuernos y echaste ya a volar.
Por todo, gracias. Gracias a ti soy como soy, gracias.
Tranquila, cero enfados, pero cero confianza.
¿Cómo confiar en alguien tras tanta puñalada?
"Será algo fácil, algún día acabará."
Eso dicen los que a ti te conocieron sin pasar...
Sin pasar por tu lado, a ti te dieron la espalda,
y sólo el que de ti vive es ahora quien lo paga.
¿Qué se debería hacer si se pierde la esperanza,
cuando dejas de soñar, cuando no te importa nada?
Cuando piensas que lo pierdes todo, ya nada te cuadra,
y te dejas caer en un pozo lleno de basura y rabia.
Rabia contenida desde hace algunos años,
meses eternos, días infinitos, minutos…
Eternos minutos, interminables silencios.
Pero no silencios compartidos, si no que son solo míos...
Mi consejo para entonces podría ser el siguiente:
No te dejes caer, no todavía, aún no, detente.
Detente a pensar, piensa con la cabeza,
que no solamente está para cubrirla de maleza.
Piensa que con ella se consiguen grandes cosas,
desde dieces en mates hasta teorías infinitas.
¿Recuerdas? Muchas de ellas trataban del corazón,
pero estaban pensadas con la mente, la cabeza, la razón.
No siempre el corazón te guía por el camino correcto,
pues corazón igual a amor, y el amor dicen que es ciego.
Por todo, gracias. Gracias a ti soy como soy, gracias.
También está tu lado bueno, gracias por darme un amigo.
¿Uno? ¿Dos? ¿Tres? ¿Cuatro? ¿Cinco? "¡Cuántos de repente!" Te digo.
Me contestas que los merezco, pues sufrí mucho en el pasado.
Te contesto “No es para tanto”, y gano si tiro ese dado.
Antes no tenía amigos, mas mi familia me apoyaba;
ahora no es que me sobren, pero con ellos me quedaba.
Mi familia me invitaría a quedarme más por casa.
Dicen que veo el futuro. Lo siento, nada me pasa.
Por todo, gracias. Gracias a ti soy como soy, gracias.
Cuánta gente se rayará cuando escuche esta canción,
gente que me vea y pregunte el por qué de la situación.
A muchos contestaré con lo duro que es el pasado,
a otros sencillamente recordaros cuando me dejasteis de lado.
Si algo sé que os puedo decir, es que siempre se aprende,
y por ello doy las gracias a familia y colegas, siempre.
La familia que siempre está, que me apoya incondicionalmente;
los colegas que se quedan aunque haya tormenta fuerte.
Cuando esta se avecina te prestan abrigo y paraguas,
y para cuando se va y sale el sol, te abanican si hace falta.
Sinceramente, no me arrepiento de haberte conocido,
pues me ayudaste a base de tropiezos y haberme caído.
Gracias a todos ellos puedo hoy por hoy decir
que la felicidad existe y se puede conseguir.
Primero tienes que sufrir para poderla distinguir,
y descubres que el camino es difícil de seguir.
Aunque nada es imposible y nunca hay nada perdido
sólo hace falta saber qué es lo que has elegido.
Si te caes con mano amiga no importará la caída,
sólo piensa: Tu deber: Volver a subirla arriba.
"Por todas esas caídas y manos sinceras prestadas
quiero agradeceros, pues para mí sois como hadas.
Cada una de un color, distintas, pero de una especie,
y es que con todas vosotras ya no temo ni a la muerte."