domingo, 13 de febrero de 2011

Me enganchaste a pensar en ti sobre todo por las noches

Casi cien días desde que nos conocimos, y como si nada hubiera pasado… mucho “no sé que habría hecho aquí sin ti” al principio, muchos “te quiero”, muchos abrazos, besos, sonrisas, palabras bonitas y mensajes de buenas noches. Muchos “te necesito” y “gracias, de verdad”... ¿Dónde ha quedado todo eso? “Mejor dejar todo en amistad”, “No siento lo que debería”… De acuerdo, todo bien pero… ¿qué ha pasado con esa amistad prometida? No la veo por ninguna parte… “nunca digo mentiras”. Te creía, acepté sin dudar, ser tu amiga iba a ser lo mejor, hoy no lo veo así. Mañana seguramente todo en mi cabeza cambie, o me llegue un mensaje tuyo, privado, o un toque, y sonría, y eche por la borda todos mis argumentos, pero en este momento, no lo veo así. Ni siquiera lo veo.

No volveré a preguntar, y es que si quieres algo, ya sabes dónde encontrarme.

El mismo día del adiós hiciste por hablar conmigo. Rabia me dio estar en un autobús camino de la Plaza. Rabia infinita.

Quizá me toque quererte